martes, 26 de noviembre de 2019

25 de Noviembre, día internacional contra la violencia de género.

Mucho hay que construir…, hoy vi un milagro…, hoy vi supervivientes valientes.
Pienso que los de arriba, no ven el suelo que pisan desde sus nubes de algodón almidonado.
Está claro que la violencia de género es un hecho que hay que frenar en seco.
Mucho sufrimiento está generando todo esto. Frustración...
52 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex-parejas en lo que va del año 2019…, muy mal. Impotencia. Familias destrozadas.
¿Como logramos que no haya ni un minuto más de silencio por otra víctima asesinada?. Inversión. Recursos. Educación...
Tendremos que hacer por cubrirnos las espaldas. Prevenir, antes que curar o lamentar.

Hoy vi, como dieron la cara contra la violencia de género dos supervivientes. Arroparon mi corazón con sus vivencias.
En el salón Ámbito Cultural de la planta baja del Corte Inglés en Santiago de Compostela, Emily Rodriguez Santos, escritora de Vedra, autora de la obra literaria "Calas Blancas", y Noelia Míguez Vazquez, vecina de Boqueixón, dieron un discurso aterrador, y al mismo tiempo motivador, sobre su experiencia vital extrema y traumática. Valor, vi mucho valor. Emotivo.
Yolanda Neira Cristobo, psicóloga del Centro de Información á Muller (CIM) del Ayuntamiento de Boqueixón, hizo la vez de presentadora del acto.
En la conferencia se recordó a Ana, víctima mortal.
El Corte Inglés, ante la violencia de género, no mira hacia otro lado. Por eso, se suma al Ministerio de igualdad y a la fundación integra para luchar por un futuro mejor.

25 de Noviembre, día internacional contra la violencia de género.

¡Hé…, eres la crueldad de la bestia!

Proteger…, no es controlar.
Querer…, no es culpar.
Amar…, no es violar.
Respetar…, no es denigrar.
Confiar…, no es imponer.
Aconsejar…, no es intimidar.
Admirar…, no es abusar.
Añorar…, no es matar.
Empatizar…, no es acusar.
Ser feliz…, no es coaccionar.
Enamorarse..., no es golpear.
Podría continuar…, solo quiero igualdad, ¡maldito asesino!.
Mujeres y hombres unidos, contra la violencia de todo tipo.

El Úrkalo. "Decidí matar al odio, para vivir sin ira ni rabia..., pero habeces, como un muerto viviente, quiere resurgir, para emponzoñar de nuevo mi sangre y mi alma..."

Viene otra recesión, que traerá más recortes, que generarán desempleo, desahucios, miseria..., depresión, alcohól, drogas, transtornos de personalidad compulsiva, pscosis, estrés, ansiedad..., etc.
Cuidado, la maldad no duerme. Tenemos que mantenernos despiertos/as.


sábado, 23 de noviembre de 2019

Café Conversa, con Emily Rodriguez Santos.

Reflexiones de experiencias de la vida”

Llovía con caudal vertical abundante. El viento corría veloz empujando el frío hacia mi rostro.
Pensé, que si bajaba tan solo un grado más la temperatura, aquellas gotas de agua se convertirían en granizo. El ambiente estaba gélido, tanto, que en cada exhalación se escribían las palabras de la voz con el aliento. Solo me abrigaba la chupa de cuero negro, que llevaba colgada a mi espalda más de quince años. Percha perfecta. Se había moldeado tanto a mi cuerpo, que era como una segunda piel. Mi cabello, con el pelo enmarañado por los golpes de aire fresco, soltaba latigazos, mientras se sujetaba sin éxito al pellejo oscuro gastado de los hombros, para caer de lleno en mis ojos castaños.
Un viernes de noviembre del invierno gallego. Tenebroso. El reloj de pulsera, marcaba la octava hora, en la tarde. Las luces de las farolas iluminaban, débilmente, un edificio de fachada pálida, donde una placa de metal rezaba; Oficina de Correos. Justo encima, se situaba la Biblioteca Municipal del Concello de Vedra. Por la ventanas con las persianas bajas, no se apreciaba ninguna luz.
Allí me dirigí, cuando le dí la última calada al cigarro liado. Me castañeaban los dientes, pero aquel humo calentaba un poco mis pulmones. Me chirriaban las cuerdas vocales. Después de toser con un par de golpes huecos de pecho, abrí la puerta de grandes cristales y subí por las escaleras, notando el cambio de temperatura en los cristales de las gafas, que se empañaron al momento. Crucé otra puerta de madera en la primera planta, para entrar en la sala donde se iba a realizar una charla sobre reflexiones de la vida. Estaba llena de gente. En una mesa, café de pota, leche y rosca. Al fondo de la habitación, un montón de sillas y mesas formaban una “U”, acentuada por el cartel que mostraba la portada del libro, donde una cala blanca, ampliada, parecía susurrarnos un profundo acertijo.
Cuando la novelista Emily, autora de la obra literaria Calas Blancas, comenzó la presentación, se rompió todo el hielo que llevaba acumulado en mi cuerpo. Necesitaba esa reunión, más que olvidar las penas en un viciado botellón, arropado por los lamentos de vomitivas experiencias repetitivas. Yo ya lo suponía, pero quería saberlo con la certeza del que está presente. Intentaría dar mi opinión huraña. Intentaría acercarme a aquellas personas que compartían conmigo aquel gran momento de concordia, cordialidad y sentido común.
Actos de esta envergadura no tienen precio. Hay conciertos que no son tan intensos. Tan humano, cercano e instructivo. Tan emotivo. Un evento cargado de vidas, que como yo, ya no son anónimas.


lunes, 11 de noviembre de 2019

viernes, 1 de noviembre de 2019

Calas Blancas en A Estrada.

Emily Rodriguez Santos, en la sala MOME en A Estrada. Presentación y firma de la obra "Calas Blancas". Jueves, día 31de Octubre del 2019.