En el juego de la lógica, el caos es un aspecto olvidado.
Todo está calculado.
Cada pieza tiene su función en el tablero.
Cada cuadro es un feudo.
Condenados a conquistar para no ser destruidos.
Solo queda protegerse detrás de un muro de escudos.
Ahora luchan los soberanos.
Los peones avanzan lentos y letales.
Los alfiles apuntan con sus flechas.
La caballería espera para cargar, a las puertas.
Desde las torres, vigilan la escena, el rey y la reina.