En el juego de la lógica, el caos es un aspecto olvidado.
Todo está calculado.
Cada pieza tiene su función en el tablero.
Cada cuadro es un feudo.
Condenados a conquistar para no ser destruidos.
Solo queda protegerse detrás de un muro de escudos.
Ahora luchan los soberanos.
Los peones avanzan lentos y letales.
Los alfiles apuntan con sus flechas.
La caballería espera para cargar, a las puertas.
Desde las torres, vigilan la escena, el rey y la reina.
doy rienda suelta a la memoria.
La libertad de mis recuerdos,
no paran de volar por mi cabeza.
He golpeado mi mano, con mi puño.
No he sentido dolor…
Piel con piel.., froto mis manos para darles calor.
He golpeado mi mano, con mi puño.
No es porque sienta rencor.
Piel con piel…, cierro mis dedos, para sentir mi valor.
No voy a contar nada…, ni voy a bajar la mirada.
Guardaré en mi palma, mi historia, mi vida y la muerte cuando sea alcanzada.
Cada pedazo de piel.
Cada gota de sudor.
El ungüento del dolor y la miel.
Una obstinada conversación.
Un encuentro de prejuicios.
Un amanecer sin respiración.
Un leve rasguño en la frente.
Alguien se cae desde un puente.
Se escuchan los ecos de un silbido.
El fuego es apagado y destruido.
El universo nos rodea con sus brillos en fondo negro.
Un atardecer, para enfermar al ego.
Una noche para perfeccionar los sueños.
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