Primera presentación Libelupa.

Todo estaba dentro de una burbuja perfectamente diseñada. La coordinación seguía la sintonía melodiosa del magnetismo del aura de participantes y testigos presentes que esperaban con entusiasmo el comienzo del evento cultural. Todo estaba cuidado y orquestado. En la nave de la estación del ferrocarril, el murmullo de los alientos cargados emocionalmente, se fue caminando hacia el interior de cada una de las personas, cuando comenzaron a oír la voz de la autora de la obra literaria de fantasía Calas Blancas, que presentaba su segunda novela, Libelupa.

Emily, en su discurso afectivo y duro, recordó con vehemencia los dramáticos casos de extrema violencia que sufrieron por culpa de sus asesinos, Ana Enjamio y Sesé Mateo. Hubo un momento, en que Lupa, la reina loba, representada por Vanesa, señaló la foto de Débora Fernández, al mismo tiempo que la dibujante Eva Casais hacía un retrato de las dos chicas brutalmente asesinadas. En la mesa de presentación Yoli y Ana, leyeron pequeños extractos de la novela. Fueron invitados a subir al escenario Josua y Saladina para fundirse en un emotivo abrazo con la escritora y sus acompañantes. El público solo giró sus cabezas para mirar hacia la puerta y ver entrar en procesión a cuatro misteriosos monjes que portaban una antorcha y caminaban, rodeando y custodiando a la Raiña Lupa. En el escenario hicieron un ritual, adornado con el sonido de la zanfona de Josele. Mientras sucedía esta magia, Shuarma, esperaba sentado en un sillón su turno, apoyado en la guitarra, observando con expectación toda la escena. A su lado, Marina Vidal y Guadi Galego, se preparaban para cantar sus hermosos temas. Todo bien ecualizado. Un sonido envolvente que mantuvo a raya el grueso tronar de la tormenta, que regaba el exterior del local. Los aplausos invitaban al tibio ambiente, a quedarse.

Los/as camareros/as distribuyeron alimentos y bebidas, al final, cuando Emily firmaba los libros y los dedicaba. Si, una reunión familiar de admiradores/as, que se mezclaron en un clamor de respeto y cariño, hacia la protagonista. Un mundo de reencuentros y abrazos amenizados con conversaciones enriquecedoras.

Úrkalo.